Hace poco más de 2 años, creo que en Octubre del 2008, se me dio por darle una sorpresa a mi madre y me aparecí en misa, la misa de los sábados. Pensándolo mejor no creo que haya sido
Me enamoré, más bien me ilusioné porque enamorarme enamorarme, lo que se dice enamorarme, no, no lo estuve. La relación terminó mal y para cuando terminó ya había dejado de ir diario a leer la biblia a la capilla aunque iba a misa los fines de semana con mi pareja. Luego de eso, hasta el día de ayer, habré hablado con el padre Víctor 2 o 3 veces. Hablo desde Diciembre del 2009 hasta el día de ayer.
Pasó mucho tiempo pero parece que nuevamente estoy cogiendo el rumbo que había tenido. No diré que fui tocado por Dios, aunque eso fue, como me dijo el padre Víctor “una vez que uno es tocado por el Espíritu Santo nunca más te deja”, pero si hubo cambios y bien marcados en mi vida.
Ahora, desde Febrero de este año, han habido cambios. He aceptado mi destino con lo de mi “enfermedad” y empecé a hacer cosas en la casa, limpieza y mantenimiento. Y se siente bien laborar toda una mañana y ver la cara de satisfacción de mis mamis y sobre todo ver yo los resultados de mi trabajo. Falta poco para tener toda la casa limpia, sólo quedan 2 habitaciones, los baños y la cocina, el resto ya esta limpio y esta para mantenimiento regular.
Tengo miedo. Voy para casi los 50 años, y tengo miedo. Pero dentro de todo es agradable recuperar algo de lo bueno que perdí en su momento. Reencuentros, eso también es parte de la vida.