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martes, 9 de octubre de 2012

Lo más maravilloso de los milagros es que…

Lo más maravilloso de los milagros es que a veces suceden

Gilbert Keith Chesterton

Y ese es el dicho. Y es verdad.

Desde hace unos meses, la salud de mi madre se ha deteriorado y mucho. Y estamos en Octubre. En este mes, el 2007 partió mi amada Malú y en el 2010 descansó mi amada Mishka. Así que las ideas saltan en la mente aunque uno no lo quiera.

Desde hace varios meses atrás empecé a volver a ir a misa, a conversar con el padre Víctor, el párroco de la iglesia de mi comunidad, a ir por las mañanas a leer la biblia en presencia del santísimo e ir a misa regularmente. Luego fue ir a misa diario. Pero no comulgaba, eso si, me confesaba. Y era que estaba esperando estar “preparado” para comulgar.

20070118103158-jesus-10_El 24 de agosto fue “mi primera comunión”. Comulgue de verdad, consiente de lo que estaba haciendo y lo que significaba. Y cuando me senté en la banca para hacer el intento de orar luego de la comunión, a lo lejos se escucharon 3 a 4 bombardas, pues había alguna festividad. Para mi eso no fue coincidencia: Dios estaba contento por lo que había logrado y hecho.

Desde entonces no he dejado de ir a misa y comulgar un sólo día. Rezaba por mi madre, por mi tía, pidiendo lo evidente. Conversaba con el padre Víctor y demás.

Ayer fui a misa. Habían 6 gatos: 4 damas, 1 caballero y mi persona. Y así ofició misa el padre Jorge (es el otro sacerdote de mi comunidad). Yo siempre me siento al final mismo de todas las bancas, es más, es una banca solita luego de todas las bancas. Y no lo pensé 2 veces: me fui a la primera banca, porque no me gustó que estuviera tan solo el padre Jorge, ya que el feligrés más cercano estaba como a 6 o 7 bancas.

Bueno, el sermón era sobre la lectura del buen samaritano. Esa misa fue ofrecida por la salud de alguien y en memoria de alguien, pero ningún miembro de la familia o amigos de esas personas estuvieron presentes, mejor dicho, los que habían pagado por la misa no se presentaron. Ayer fue feriado en Perú. Al padre Jorge le dio pena eso y lo mencionó. Y aquí viene el milagro. Al terminar su sermón menciono a los que habían sido objeto de la misa y agregó “y por el hermano Rómulo, su familia y por la salud de su madre”.

Quedé en una pieza. Luego de la comunión, el siempre tiene la costumbre, hermosa por cierto, de rezarle a la virgen María y reiteró, luego de mencionar a los ofertantes (o como se diga, no se el término) “por el hermano Rómulo y por la salud de su madre”.

No se que estaré haciendo bien, pero si esto no lo consideran una respuesta de Dios, entonces, ¿que puede ser?¿Coincidencia? Acepto la posibilidad como explicación lógica, pero mi corazón y mi razón me dicen que Dios me respondió. Amén.

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