Viejas frustraciones

Siempre, al menos desde que estoy metido en esto de la informática, he tenido el deseo expreso de crear animaciones del tipo 3D. Cuando tuve mi primera computadora le metí cuanto programa encontraba. El pobre Windows 95 tuvo que soportar todos mis berrinches por mal funcionamiento cuando en gran parte la responsabilidad estaba de mi lado al meterle tantos programas. Deben ser cerca de una docena de veces, tal vez algo menos, que he instalado el Corel y jamás aprendí a usarlo. Mi preferido siempre fue Photoshop. Igual pasa con Office pues siempre lo instalo al completo (aunque con las últimas versiones hay 2 o 3 programas que no instalo porque no les encuentro un uso práctico para mi gusto como es el caso, por ejemplo, del Groove o el Sharepoint) y aún así usaba más el Outlook que cualquier otro programa de la suite ofimática de Microsoft. Y digo usaba porque desde que salió el Windows Live Mail he dejado ya de usar Outlook que resulta muy pesado y con ya demasiadas opciones para mi gusto. Uno cambia de opinión y preferencias, eso esta claro.

Pero volviendo al tema de la animación, procuraba lograr entender y manejar los programas de animación y jamás pude hacerlo, y a decir verdad, ignoro porque ya que otros programas me resultaban mucho más sencillo aprender a usarlos, como Photoshop, Home Site, InDesign entre otros. Bajaba, de manera piratesca esta claro, programas como 3D Max y nunca pude comprender o mejor dicho no encontraba la facilidad que los otros programas ofrecían. Hace poco, cosa de un par de meses o algo así, vi un vídeo en Youtube sobre el uso de Illustrator y vi lo simple que era crear un objeto en 3D y claro, lo bajé al instante, la versión CS5, lo instalé y efectivamente fue simple crear un objeto 3D, en este caso, una copa (era lo que mostraba el vídeo). Esta vez, animado por lo relativamente fácil que resultó manejar InDesign por el tema de la revista, avancé un poquito más que en otras oportunidades.

Pero todo llegó a un punto muerto común y recién ahora, o mejor dicho en ese momento, me di cuenta de cual había sido el problema subconsciente que había estado experimentando anteriormente. Y me vino a la memoria una etapa de mi juventud que tiene algo que ver. Será como unos 20 años atrás (obviamente) capaz 25, me dio por la astronomía y querer tener un telescopio para ver las estrellas como muchos otros lo hacen de manera casera y amateur. Para ello agarré los libros de física que teníamos (y sigo teniéndolos) en casa y prácticamente me aprendí el capítulo de óptica. Pude determinar, mediante ecuaciones, el tamaño, dioptría y distancia de las lentes. Cálculos realizados a punta de lápiz y papel (sin calculadora). Fui a ópticas para ver si me podían suministrar las lentes y tuve acogida. Me mandé una caminata hasta el observatorio solar en el morro solar (una caminata significativa y en pendiente) y encontré el observatorio cerrado pero con un letrero con datos de contacto así que les llamé y hablé con un físico y compartí mis resultados y ecuaciones y para grata sorpresa mía todo estaba correcto.

Entonces vino el momento de comprar los materiales y pedí el apoyo de mi tía y ella me dijo “¿'y para que quieres tener un telescopio?, ¿Que uso práctico le piensas dar?”. Y todo el entusiasmo se esfumó. Nunca tuve un telescopio. ¿Y que tiene que ver esto con la animación en 3D?. Pues que al lograr crear un objeto 3D con Illustrator me día con la sorpresa de que “no encontraba un uso práctico real y concreto para mi”. Digo, ¿crear una película o corto animado?. No voy a ser el nuevo Spilberg de la animación ni voy a hacer temblar a Pixart con mi genio y creatividad. Digo, no es que no pudiera tener el talento o “el golpe de suerte” sino que no había “esa” motivación que si tengo, por ejemplo, para el piano o la programación web.

Por ese motivo, aún con los programas gratuitos legales que hay disponibles, no encuentro, aún, la motivación. Justo ahora estoy viendo una serie de tutoriales de Muvizu, un programa de animación gratuito bastante bueno por lo que veo, y por unos instantes me vino el deseo de bajarlo, instalarlo y “ver que pasa”.

¿Cuántas cosas habré dejado de hacer por falta de motivación?